jueves, 6 de mayo de 2010

Aprende a comprar una cámara de fotos

Los megapíxeles



Los megapíxeles no es la característica más importante de una cámara de fotos, por lo tanto, ignora, relativamente, esta característica. Prácticamente todas las cámaras del mercado superan en la actualidad los 10 megapíxeles, algo más que suficiente para cualquier usuario normal.

Los megapíxeles, al fin y al cabo, lo único que nos proporcionan es el tamaño final de la foto, por lo que sólo deberás tenerlo en cuenta si tienes pensado hacer grandes ampliaciones de tus fotos. Y cuando digo grandes ampliaciones, no me refiero a fotos 20×30, sino a grandes ampliaciones de verdad (de tamaño póster, para arriba).

El único beneficio extra que nos puede aportar tener megapíxeles de sobra es la posibilidad de reencuadrar las fotos a posteriori con nuestro programa de retoque preferido, que una vez más, es consecuencia del tamaño.

¿En que debemos fijarnos a la hora de comprar?

Pues a la hora de comprar una cámara de fotos, los megapíxeles apenas debemos tenerlos en cuenta. Si buscamos una compacta o una bridge, 8-10 megapíxeles son más que suficientes y probablemente el sensor ofrezca una mejor respuesta que si optamos por más.

En una réflex es diferente, pero no mucho, 10-12 megapíxeles es también suficiente para el 95% de usuarios, a no ser que pretendamos empapelar nuestra habitación con las fotos, pero no creo que sea el caso.


El objetivo




El objetivo, sin embargo, si es un punto muy importante a tener en cuenta y tendremos que fijarnos en varias cosas:

# El rango focal, es decir, cual es la mínima posición y la máxima posición del zoom, que nos dará la cobertura que podremos tener con la cámara. Si buscamos abarcar mucho campo de visión buscaremos números bajos (cuanto más bajo, más campo de visión) y si buscamos hacer fotos a distancia, buscaremos números altos. Siempre tendremos que mirar el rango focal equivalente a 35mm, para poder comparar las distintas cámaras.

Por ejemplo, una cámara con rango focal 24-120mm abarcará más campo de visión que una 36-180mm, si embargo, ésta última, llegará más lejos cuando queremos enfocar un objeto lejano.

# El zoom óptico, que viene dado por las distancias focales de las que hablamos antes es el zoom que nos venden los fabricantes. Si seguimos con los ejemplos anteriores, el objetivo 24-120 mm tendrá un zoom 5X (24 × 5 = 120), al igual que el 36-180 mm (36 × 5 = 180), sin embargo, una tiene más angular (más cobertura) y otra más teleobjetivo (podremos encuadrar objetos más lejanos).

Por todo esto es importante saber que rango focal lleva nuestro objetivo, para así saber elegir, lo que más nos interese, un buen angular, un buen tele o un compendio de los dos.

Por otro lado, siempre fijaros en las distancias focales y en el zoom óptico, nunca en el zoom digital, que no sirve para nada (es cómo si ampliáis a posteriori la foto en el PC y la recortáis).

# La luminosidad, es el tercer punto a tener en cuenta en el objetivo, sobre todo si nos gusta hacer fotos en malas condiciones de luz, o no nos gusta utilizar el flash.

¿Y como sabemos la luminosidad del objetivo? pues a través del número f, que también podéis ver en el frontal del objetivo y en las características de la cámara. A menor número f, mayor es la cantidad de luz que entra en el sensor y por tanto menor la luz que necesitamos. Y por contra a mayores números f, menos luminoso será.

En esta característica no hay duda, cuanto más luminoso sea, mejor, aunque es una característica que suele repercutir bastante en el precio de la cámara.

# Por último también tenemos que conocer la calidad de la lente, que en definitiva es de las características que más influye en la calidad de la imagen, pero este es un punto complicado. Lo más fiable, es quizás, por un lado echarle un vistazo a las fotos, a máximo tamaño por internet, en flickr por ejemplo, o en las páginas que realizan análisis a fondo, y por otro confiar en una marca de calidad contrastada, como Leica o cualquiera de las grandes marcas de fotografía.

¿En que debemos fijarnos a la hora de comprar?

Pues una vez que sabemos las características de los objetivos parece claro, pero para ello tenemos que saber que tipo de fotografía nos gusta o pretendemos hacer.

Si nos gusta la fotografía de paisaje, por ejemplo, buscaremos objetivos con bastante gran angular. Si vamos a usar mucho la cámara en condiciones de poca luz (interiores, fotos nocturnas, etc.) buscaremos un objetivo luminoso (valores de F bajos). Si queremos una cámara versátil, buscaremos una cámara con mucho zoom óptico y que cubra mucho rango focal, etc…


La pantalla LCD




La pantalla LCD nos servirá para poder revisar nuestras imágenes, navegar por los menús, configurar la cámara, etc…

Si la cámara no tiene visor óptico, también nos servirá para encuadrar las fotos, por lo que es importante que sea de un tamaño considerable, de al menos 2,5-3 pulgadas. En esta ocasión lo píxeles si son importantes, porque van a dar más definición a la imagen que veamos, por lo que cuantos más píxeles tenga la pantalla mejor que mejor.

La calidad de la pantalla también es algo fundamental, no es lo mismo un LCD que una pantalla AMOLED, que como sabéis mejora el contraste y la calidad de las imágenes, además de reducir el consumo energético, lo que redunda en la duración de la batería.

Otro punto importante es la cobertura de la pantalla, si la pantalla tiene una cobertura del 95%, significa que lo que vemos por ella no será exactamente el encuadre final de la fotografía, sino algo menor, y aunque podremos solucionarlo a posteriori con un programa de edición fotográfica, lo ideal es que la cobertura sea del 100%, para así asegurarnos de que lo que vemos en ella es lo que realmente obtendremos al final.

Tampoco hay que olvidarse de la cantidad de información que nos muestra, la interfaz de los menús, etc, etc. pero en este caso cada marca es un mundo, y no nos queda otra que probarla para ver si nos convence o por el contrario nos parece un sistema engorroso.

Otra característica a tener en cuenta, es que sea abatible y basculante. Aunque las pantallas actuales han mejorado considerablemente frente a los primeros LCD, tener una pantalla que podamos mover nos permitirá hacer fotos desde posiciones poco habituales, desde el suelo o desde posiciones altas, cosa que un LCD fijo no nos permitiría.

La tecnología táctil es cada vez más común en algunas pantallas, que aunque puede ser recomendable para compactas automáticas o bolsilleras, es más cuestionable cuando hablamos de cámaras relativamente avanzadas, ya que si no contamos con una interfaz muy cuidada y fluida, puede ralentizar el manejo de la cámara.

Por último también hay que tener en cuenta que a mayor pantalla, más consumo de batería, por lo que también tendremos que considerar este hecho.

¿En que debemos fijarnos a la hora de comprar?

Cómo he comentado, no es mala idea buscar una pantalla decente, especialmente en las cámaras que no dispongan de visor óptico, y cuanto más píxeles tenga mejor. Una cámara con una pantalla de 3 pulgadas y cercana al millón de píxeles es una muy buena opción, y si además cuenta con tecnología LED, mejor que mejor.

Importante también mirar la cobertura de la pantalla, buscando porcentajes lo más cercanos posibles al 100% y la posibilidad de que sea abatible, sin olvidar la tecnología táctil en función de lo que necesitemos, aunque personalmente no la recomiendo aún en cámaras de fotos, un buen botón dedicado siempre será más rápido que una función táctil.
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El Visor
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Para los visores electrónicos, también podemos hablar de píxeles, de cobertura, de calidad, y de cantidad de información, aunque en este caso el software influye menos que cuando hablamos de la información que se nos muestra en pantalla, por lo que nunca está de más saber que cantidad de datos podemos ver, y por tanto configurar, sin tener que apartar la vista del visor.

Con los visores ópticos, al contrario que los electrónicos, lo que vemos es directamente la realidad, es decir, vemos a través del objetivo gracias a una serie de espejos, por lo que en esta ocasión la importancia recae directamente en el tamaño, normalmente proporcional al tamaño del sensor, la cobertura y la magnificación, muy importante como hemos dicho, y en la cantidad de información que nos muestra.

¿En que debemos fijarnos a la hora de comprar?

En este caso está más claro aún que con las pantallas LCD. Visores grandes, luminosos, con cobertura lo más cercana posible al 100% (más importante de lo que parece) y que muestren el máximo posible de información. Esto es lo que tenemos que buscar.

El sensor



Cuando hablamos de calidad de imagen hay varias características de una cámara a las que tenemos que prestar especial atención. Una de ellas es la calidad óptica, es decir, la calidad de las lentes que tenga nuestro objetivo (ya sea un objetivo de réflex como el de una compacta), y que vimos en el primer post del especial, pero no sirve de nada tener buena calidad óptica si no tenemos un sensor a la altura.

Sobre los tipos y la calidad de los diferentes tipos de sensores podríamos hablar largo y tendido, pero nos desviaríamos un poco del tema principal. Tampoco queremos hacernos expertos en sensores así que yo voy a hablaros de un par de cuestiones más prácticas y fácilmente comprobables cuando compremos una cámara: el tamaño del sensor y los sensores retroiluminados.

Sobre el tamaño del sensor también habría mucho que discutir, pero siendo prácticos, y excepto casos puntuales, un sensor de mayor tamaño se comportará mejor (de forma general) que uno más pequeño. No es lo mismo el sensor de una réflex “Full Frame” que el de un móvil, creo que todos lo tenemos claro.




Por otra parte de los sensores retroiluminados ya os hemos hablado en Xataka, y os hemos contado sus principales beneficios.

En definitiva, mientras los sensores convencionales tienen un diseño en el que la “circuiteria” del sensor se coloca por delante de los fotodiodos (las células que captan la luz), en los sensores retroiluminados se colocan detrás, con la consecuencia directa de que no se interponen en el paso de la luz que tiene que llegarles a estos últimos.

Todo esto quiere decir que, finalmente, el sensor se comportará mejor en malas condiciones de luz, uno de las luchas constantes de los fabricantes. Por tanto un sensor retroiluminado siempre será mejor opción que uno que no lo sea, a igualdad de condiciones claro.

¿En que debemos fijarnos a la hora de comprar?

Pues si no queremos complicarnos mucho la vida nos fijaremos en el tamaño del sensor, ya que como hemos dicho, un mayor tamaño suele significar una mejor respuesta general, por ejemplo, con altas sensibilidades. Hay muchos otros factores que influyen, como el tipo de tecnología (CMOS, CCD...) y podemos afinar mucho más, pero la calidad de un sensor es difícil de comprobar sólo viendo una tabla de características, por lo que la mejor idea puede ser navegar por internet para ver algún análisis de su calidad en las webs especializadas.

Respecto a los sensores retroiluminados hay menos duda. Si es retroiluminado mejor que mejor.


ISO






El rango de sensibilidades de un sensor es una característica a la que también tenemos que echarle un ojo. Cuanto mayor sea la sensibilidad que admite el sensor, más posibilidades tendremos de hacer fotos con poca luz, por resumirlo de una manera rápida.

Pero sólo hay que ver las imágenes superiores (son recortes al 100% de una foto) para comprobar como la sensibilidad del sensor influye en la calidad de la imagen. Una marca puede intentar vendernos que su cámara llega hasta un determinado ISO, pero eso no tiene que significar que a esa sensibilidad vayamos a tener buena calidad de imagen.

Es una característica que está ligada intrinsecamente al tamaño del sensor que lleve la cámara, y al igual que pasa con él, comprobar su respuesta a priori es complicado, por lo que no nos queda otra que bucear por la red para ver imágenes de ejemplo y cersiorarnos cual es el ISO máximo “usable” de la cámara en la que estemos interesados.

¿En que debemos fijarnos a la hora de comprar?

Pues en el rango de sensibilidades que admite el sensor, siempre teniendo en cuenta dos cosas. Por un lado que el ISO máximo que se anuncia rara vez nos va a ofrecer buena calidad de imagen, así que no es mala idea contar con uno o dos pasos menos de lo que dice la marca (dividiendo por la mitad el ISO).

Por otro lado, también hay que tener en cuenta la relación entre el ISO y el tamaño del sensor. No es lo mismo un ISO 3200 en una réflex con sensor “Full Frame” que tiene unas dimensiones de 24×35mm que un ISO 3200 en una compacta de sensor pequeño. Mientras en la primera probablemente de una calidad aceptable, en la segunda será totalmente inútil, puesto que la imagen tendrá muchísimo ruido, casi con toda seguridad.

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1 comentarios:

NicoNaiko

Hola. Ya te he agregado a la faviconera.
saludos

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