El siglo de las luces y las sombras.
Izquierda: Un ciudadano de París llora impotente ante el desfile de tropas alemanas por los Campos Elíseos el 14 de junio de 1940. Derecha: Soldados republicanos españoles de “La Nueve” (9ª Compañía de la División Acorazada Leclerc). Esta compañía tuvo el honor de ser el primer destacamento aliado que liberó París de los nazis en agosto de 1944. De los 160 soldados que integraban La Nueve, 144 eran españoles.
No hemos pretendido recopilar veinte imágenes que definan o resuman los acontecimientos históricos del siglo XX; sino, sobre todo, algo tan subjetivo (y difícil) como seleccionar 20 imágenes que se nos hayan quedado grabadas en la memoria de entre los millones que pasaron a través de nuestra retina en una centuria en la que la representación gráfica de la realidad por medios diversos, empezando por la fotografía, adquirió carta de naturaleza como fenómeno masivo.
A pesar de que, como hemos dicho, no se trata de un resumen histórico del siglo XX en 20 instantáneas, con toda seguridad una buena parte de ellas —si no todas— definen de alguna manera la trayectoria de cien años que podríamos definir, parafraseando a Alejo Carpentier, como el siglo de las luces y las sombras… los dos elementos básicos que componen una fotografía.
1918: El hombre del siglo. Vladimir Ilich Lenin (1870-1924) se dirige al pueblo de Moscú durante la celebración del primer aniversario de la Revolución socialista de Octubre en la Plaza Roja. La francesa (128 años antes) y la rusa fueron las dos revoluciones inicialmente de ámbito nacional que marcaron posteriormente el devenir histórico de la Humanidad con carácter global y, en el caso de la rusa, la consolidación de un movimiento político que fue —en términos objetivos— el más poderoso, masivo e influyente del siglo XX: el comunismo. Parte de la historiografía mantiene que la revolución de los soviets de obreros, campesinos y soldados liderada por Lenin y los bolcheviques —que triunfó bajo el lema “Por el pan, la paz y la libertad” (versión actualizada del tríptico “Libertad, igualdad y fraternidad” de la revolución francesa)— fue el verdadero punto de partida del siglo XX si se considera la Primera Guerra Mundial como el último conflicto por el reparto del mundo entre los grandes imperios europeos del siglo XIX.
1921: El ingenioso hidalgo de los tiempos modernos. El genial cómico británico Charles Spencer Chaplin (1889-1977) en su papel de Charlot en el film The boy. Con Charlot, Chaplin construye un personaje universal que representa al héroe anónimo. Charlot es el working class hero que, sin apenas recursos y armado sólo de su ingenio, hace frente a los desafíos que le plantea el entorno deshumanizado y hostil de la nueva sociedad industrial, los llamados Tiempos modernos (otro de sus films). Charlot se convierte así en el ingenioso hidalgo universal del siglo XX.
1936: Una bala en el corazón de España. Un miliciano leal a la República cae abatido por un proyectil de las tropas fascistas en una de las primeras batallas de la Guerra de España; conflicto que según muchos historiadores supuso un ensayo general de los planes de conquista que se cernían sobre Europa por parte del Eje Roma-Berlín, que prestó el apoyo decisivo a los militares rebeldes para su asalto al poder democrático de la España republicana. (Foto: Robert Capa)
1939: Comienza la guerra en Europa. El 1 de septiembre soldados alemanes quiebran un paso de vehículos en la frontera polaca iniciando la invasión. A raíz de este hecho, Gran Bretaña y Francia declaran la guerra al III Reich alemán dos días después: comienza la guerra en Europa.
1943: El infierno está en la Tierra. Tropas nazis desalojan a vecinos de un edificio del Gueto de Varsovia. Durante los tres años de su existencia, el Gueto de la capital de Polonia pasó de 400.000 a 50.000 habitantes como consecuencia de las deportaciones a campos de exterminio y las muertes por hambre y enfermedades.
1945: Los tres grandes. Del 4 al 11 de febrero se celebra en la ciudad soviética de Yalta (Península de Crimea) una decisiva Conferencia en la que los líderes de las tres grandes potencias aliadas acordaron el futuro nuevo orden en el continente europeo tras su inminente liberación del yugo nazi-fascista. De izquierda a derecha (sentados): Winston Churchill (primer ministro de Gran Bretaña), Franklin D. Roosevelt (presidente de EEUU) y Iósif Stalin (presidente del Consejo de ministros de la URSS). De pie, tras ellos, oficiales asesores británicos, estadounidenses y soviéticos que participaron en la Conferencia. (Foto: US Signal Corps)
1945: ‘Good bye!, Japan’. El 23 de febrero soldados estadounidenses erigen la bandera de las barras y las estrellas en la cima del Monte Suribachi, en la isla volcánica de Iwo Jima (1.200 km al sur de Tokio). Tras la victoria de EEUU en la Batalla de Iwo Jima, la derrota militar del Imperio de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial eran ya sólo cuestión de tiempo. (Foto: Joe Rosenthal)
1945: La hoz y el martillo sobre Berlín. El 2 de mayo un soldado soviético hace ondear la bandera roja de la victoria sobre el Reichstag berlinés; de fondo, las ruinas humeantes de la capital del Reich alemán “de los mil años”. La guerra en Europa llega a su final con la derrota militar de Alemania y la liberación del continente tras una larga guerra contra el fascismo en la que murieron millones de personas. (Foto: Yevgueni Jaldei)
1945: El ángel de la muerte visita Hiroshima. La ciudad japonesa de Hiroshima convertida en una planicie arrasada tras el ataque nuclear perpetrado por Estados Unidos el 6 de agosto de 1945. Una única bomba atómica lanzada (bautizada como Little boy) ocasionó la muerte instantánea de 120.000 personas, en su inmensa mayoría civiles, y más de 300.000 heridos. Tres días después EEUU hizo detonar otro artefacto nuclear sobre Nagasaki cuyo macabro saldo sumó otras 75.000 muertes directas. Las letales consecuencias de la radioactividad de estos dos crímenes contra la Humanidad aún persisten en nuestros días entre la población nipona.
1945-1946: Criminales nazis en el banquillo. Algunos de los criminales de la plana mayor del partido nazi alemán durante una de las sesiones de los llamados Juicios de Núremberg. En la imagen, el banquillo de los acusados en el Proceso principal. A la izquierda (de arriba a abajo): Hermann Goering, Rudolf Hess, Joachim von Ribbentrop, Wilhelm Keitel; a la derecha (de arriba a abajo): Karl Doenitz, Erich Raeder, Baldur von Schirach y Fritz Sauckel. Los procesos de Núremberg han sido considerados el punto de partida para la posterior aplicación del concepto de justicia universal en la persecución de los delitos tipificados como crímenes de guerra, genocidio, guerra de agresión y crímenes contra la Humanidad. Conceptos jurídicos que desde entonces sólo han sido implementados en contadas ocasiones y sólamente en un sentido: vencedores frente a vencidos. Crímenes contra la Humanidad como los bombardeos indiscriminados angloamericanos que tuvieron como principal objetivo ocasionar decenas de miles de muertos entre la población civil de ciudades alemanas como Dresde o Hamburgo o los salvajes ataques nucleares de EEUU sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, nunca fueron vistos ni juzgados por tribunal internacional alguno. (Foto: Deutsches Bundesarchiv).
1951: El genio del siglo. El científico de origen alemán Albert Einstein (1879-1955), autor de la Teoría General de la Relatividad y de la más famosa aunque no tan comprendida ecuación de la historia (e=mc²) posa ante la cámara de forma provocadora e irreverente a la salida de la fiesta de su 72 cumpleaños en la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, EEUU). Einstein, al que bien prodríamos definir como “ciudadano del mundo”, fue un personaje comprometido con los ideales de la justicia y la igualdad que tuvo tres nacionalidades a lo largo de su vida: alemana, suiza y estadounidense. A este respecto él mismo afirmó en una entrevista: “Si mis teorías hubieran resultado falsas, los estadounidenses dirían que yo era un físico suizo; los suizos, que era un científico alemán; y los alemanes que era un astrónomo judío”. (Foto: Arthur Sasse)
1954: El ’star system’ en todo su esplendor. Esta popular imagen de la actriz estadounidense Marylin Monroe (1926-1962), sex simbol por excelencia de la década de los años 50 que aún hoy permanece, proyecta de forma luminosa la consolidación del star system de Hollywood, máxima expresión de la cultura de masas americana convertida en un fenómeno de alcance mundial. La década feliz que emerge tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial tiene un cierto paralelismo con los “Felices años 20″ posteriores a la Gran Guerra de principios del siglo. Pero, bajo el oropel de Hollywood, los 50 también tienen sus sombras, como los primeros años de la Guerra Fría, el MacCartysmo y el acceso al poder del complejo militar-industrial en EEUU o la Guerra de Corea.
1960: La Foto del siglo. El revolucionario comunista argentino-cubano Ernesto Guevara de la Serna (1928-1967), mundialmente conocido como Che Guevara o ‘El Che’ es captado en esta instantánea de un reportero gráfico cubano durante un acto en La Habana. El Che mira desde el estrado hacia el cortejo fúnebre de los caídos en un acto de sabotaje terrorista promovido por la CIA el 5 de marzo de 1960, transcurrido poco más de un año desde el triunfo de la Revolución en la antigua colonia española. Se diría que, por su nítida y profunda expresión, el Che mira de frente desafiando a La Historia, con mayúsculas. La imagen recorre y traspasa rápidamente océanos, continentes y fronteras y se convierte no sólo en un símbolo de la Revolución cubana, sino también de varias generaciones de jóvenes que quieren cambiar el mundo de verdad. Es el icono del hombre nuevo. El símbolo y lo que simboliza el Che siguen igual de vigentes en nuestros días a lo largo y ancho del planeta. Da igual dónde estemos o dónde vayamos, por doquier El Che nos atravesará con esa profunda mirada desde un mural, un póster o una camiseta. Con esta imagen, que podríamos definir con toda seguridad como la foto más reproducida y con más impacto de la historia, comienzan los años 60, La década prodigiosa. (Foto: Alberto Korda)
1961: La URSS, en lo más alto. El piloto soviético Yuri Alekseiévich Gagarin (1934-1968), seleccionado entre otros 20 cosmonautas, se convierte en el primer ser humano en viajar al espacio. El 12 de abril de 1961 la nave Vostok 1 despega del cosmódromo de Baikonur (RSS de Kazajistán, URSS). Tras realizar un vuelo orbital automático sin complicaciones, Gagarin aterrizó en la estepa rusa. Una campesina fue la primera persona en ver al cosmonauta cubierto por su traje espacial. “¿Vienes del espacio exterior?”, preguntó la anciana. “Ciertamente, sí”, dijo Gagarin que, para calmar a la campesina, se apresuró a añadir: “Pero no se alarme, soy soviético”. Cuatro años antes, en 1957, la URSS puso en órbita el primer ingenio espacial humano: el satélite Sputnik 1.
1969: El cuarteto prodigioso. Los Beatles cruzan Abbey Road (Londres). Esta foto se convirtió en imagen de la portada del disco homónimo Abbey Road, considerado por muchos la obra cumbre del grupo musical británico, editado poco antes de su disolución. The Beatles, cuyo origen está en la ciudad inglesa de Liverpool lo conformaban John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Tal fue la repercusión internacional y el éxito popular de esta banda de rock que a ellos mismos se les atribuye la frase: “Somos más famosos que Jesucristo”.
1969: Nuestra huella en otro mundo. El 21 de julio el ciudadano estadounidense Neil A. Armstrong, ingeniero aeroespacial y comandante de la misión Apolo XI de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA), es el primer ser humano en poner el pie en la Luna acompañado del piloto militar Edwin E. Aldrin. El 24 de julio los tres astronautas que formaron parte de la expedición (los dos anteriormente citados y Michael Collins) amerizaron sanos y salvos en aguas del Océano Pacífico. Las misiones del Programa Apolo de la NASA constituyen un récord imbatido en décadas de historia de la exploración espacial: fueron las primeras y, hasta el momento, las últimas expediciones tripuladas a otros cuerpos celestes. Más de cuarenta años después, las huellas de los astronautas del Apolo XI siguen grabadas en la superficie de la Luna debido a la ausencia de atmósfera o factores de erosión a corto plazo en su inerte suelo. Huellas que también siguen impresas en nuestra memoria. (Foto: Edwin E. Aldrin)
1972: Vietnam, el mártir victorioso. El 8 de junio de 1972 las Fuerzas Aéreas de EEUU bombardean con napalm a la población vietnamita en Trang Bang. Cinco niños huyen aterrorizados del lugar. En el centro de la imagen destaca la frágil figura desnuda de la niña vietnamita Kim Phuc, con quemaduras de tercer grado en todo su pequeño cuerpo. Su ropa se volatilizó calcinada por la ola de fuego ocasionada por la bomba estadounidense. Esta foto, realizada por un corresponsal coreano y galardonada con el premio Pulitzer, resume en si misma el horror de la guerra, y su visión sigue provocando rabia e indignación. Tres años después de ser captada la imagen, las tropas comunistas vietnamitas del Norte y del Sur, formadas en su mayoría por campesinos pobres, tomaron Saigón e infligieron a la gran superpotencia una derrota militar sin paliativos. Y ello a pesar de que EEUU arrojó en la Guerra de Vietnam más toneladas de bombas que en toda la Segunda Guerra Mundial. (Foto: Nick Ut)
1980: La imagen de la muerte. Estremecedora imagen de la mano de un niño sentenciado a muerte por el hambre en Uganda. (Foto: Mike Wells)
1989: Un beso envenenado. Este efusivo saludo en Berlín (capital de la República Democrática Alemana) entre Mijáil Gorbachov, secretario general del PCUS, y Erich Honecker (1912-1994), presidente del Consejo de Estado de la RDA, resume dos acontecimientos interrelacionados del final del siglo XX: la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URSS. Ambos hechos dan inicio a la fase histórica en que aún nos encontramos: un nuevo orden internacional mucho más inestable que el surgido de los Acuerdos de Yalta tras la Segunda Guerra Mundial y que se caracteriza por un aumento de las guerras, las desigualdades, la pobreza, los nacionalismos y el fanatismo religioso.
1993: En pie con el puño en alto. Nelson Mandela, líder de la nueva República de Sudáfrica nacida tras el final del régimen racista del Apartheid, saluda con el puño en alto durante su visita a una escuela en las afueras de Johannesburgo. La eminente figura de Mandela aún sigue siendo por méritos propios uno de los más destacados símbolos de la lucha por la libertad y la igualdad en África y en el resto del mundo.
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